Alessandra De Zaldo

24


Wow, 24 años, sana y salva.  No puedo creer que
he sobrevivido hasta ahorita, no me malinterpreten pero han habido situaciones bastante riesgosas a lo largo de mi camino en este planeta. De verdad lo considero como un milagro, pues he tenido varios acercamientos con la mismísima muerte. Por ejemplo, un mono macaco y rabioso me mordió el hombro en Tailandia cuando bajaba de Monkey Hill y no me inyectaron contra la rabia hasta dos meses después. Gracias Dra.Rosy Wong por salvarme la vida. En el mismo viaje, después de haber tomado un té de hongos mágicos, fuimos a dar una caminata espiritual y
pisé una cobra negra con mis birkenstock, afortunadamente, solo se deslizó rápidamente sin morderme. Cuando tenía 3 años, me encantaba el sabor del tempra y me acabé la botella entera, terminando en el hospital con un lavado de estómago. Pregúntenle a mi cicaztriz de 15 centímetros en la pierna izquierda,  la cual me hice cuando tenía 15 años. Mi hermana estaba manejando una cuatrimoto y perdió el control del volante, estrellándonos contra un alambrado de púas y catapultándome hasta el cielo. En fin, seguimos vivas y listas para más anécdotas.


No les voy a mentir. Este año ha sido de los peores de mi existencia porque he tenido que sobrellevar muchos traumas, encuentros con problemas de salud mental y reinicios inpensables. Lo puedo describir como el verdadero año de mi renacimiento.


Sin embargo, mi cumpleaños número 22 fue completamente opuesto a lo que tenía en mente porque según mis creencias supersticiosas era mi año de la suerte, en donde estaría en mi peak. Pero un día antes de mi cumpleaños, la vida me sorprendió. Estaba trabajando para Alturas Wildlife Sanctuary en la época lluviosa. Salí a las 7:00 AM para documentar el
trabajo de las voluntarias, pero cuando intenté disparar la fotografía, mi cámara estaba en negro, como si estuviera completamente apagada. Puta madre, no otra vez. Pues ya me había sucedido previamente que dadas las
condiciones de la humedad, había dejado de funcionar.  

Me fui corriendo a la clínica, resguardada de la lluvia para ver si era cierto. Sí que lo era. Le llamé a mi mamá llorando.

- Ay, Ale, no puede ser que seas tan
dramática, es sólo una cámara.

-Mi cámara. La acabo de arreglar y es mi
herramienta de trabajo. Me van a matar. Me quedan casi tres meses aquí y ni
modo que no lo haga bien.

- Pues no sé, amor. Resuelve.


 En ese momento, entró Sandy, la veterinaria. Me abrazó y me dijo que no me preocupara que la podíamos mandar a arreglar o que ella se podía comprar la suya y prestármela. Un ser humano divino, salvando un animal más.


Me fui al área común para terminar de editar las fotos en mi computadora, cuando de la nada, se apagó. Ay no, ¿ahora qué? La reinicié y me aparecían mensajes muy raros. Decidí marcarle a Tobias, que era experto en tecnología y aficionado de computadoras
Mac.

- Ufff, creo que deberías de checar
tu Apple Care, no está funcionando el respaldo.

- Ay no, no me digas eso.

- Lo siento, hasta mi papá me dijo que si estabas en una racha de mala suerte.

-  Creo que necesito una limpia.

-  ¿Qué?

-  Nada, gracias. Te marco cuando lo resuelva.

Le colgué y empecé a checar mi apple care, estaba a punto de vencer. EN DOSAS. No lo podía creer, mi computadora era prácticamente nueva. Me puse en contacto con Apple y me dijeron que ya no podía resolver el servicio porque había sido comprada en Estados Unidos y no en México y un montón de problemas más.  Le expliqué la situación a mi
madre.

- Creo que la única solución es regresarme a México para arreglar mi computadora antes de que venza el Apple Care. No puedo comprarme otra. Y también arreglar la cámara.

- Bueno, así celebras tu cumpleaños de una vez.

-  ¿Me ayudas a buscar el boleto en lo que empaco y aviso a mi jefa?

- Si, claro.

-  Gracias, Ma. No puedo creer que
esto este pasando. ¿Qué me estará intentando decir la vida?

- Que la humedad está cañona en Costa Rica, amor. Ándale, deja de estarte preguntando tonterías y ve comprando tu
camión a San José.


Le marqué a Cristina, que estaba de viaje y hablé con todos los del santuario para explicarles mis problemáticas, las cuales entendieron. Mientras estaba empacando, mi amiga, Elja, me trajo pizza y té helado. Tenía bastante tiempo, pues el vuelo salía a la 13pm del día siguiente, lo cual estaba perfecto porque Dominical quedaba a 5 horas en camión de San José. Sin embargo, me marcó mi mamá.

-  Alessandra, escucha.

- ¿Alessandra? Uff, que pasó.

-  A ver, ya. Me equivoqué y tu vuelo sale HOY a la 1:00 AM.

- No, no puede ser, ya compré el camión.

- Pues compra otro.

- Okay, no me cuelgues. – Empecé a buscar en la plataforma y sólo había uno a las 8pm. - ¿Qué hacemos?

- Cómpralo e intenta cambiárselo a alguien. Y vete, vete ya o no llegas al primer camión.


Eran como las 5 de la tarde. Subí corriendo al área común, en donde me estaba esperando Emma para llevarme a la estación de camión. Manejó con todas sus habilidades de Fast and Furious para estar lo más pronto posible. Se despidieron de mí y yo estaba demasiado estresada. Lo primero que hice y que siempre hago en momentos de crisis, fue comprarme una lechita de fresa. En cuanto me lo terminé, me percaté de toda la gente en la estación. Había muchísimos migrantes y extranjeros formados. Decidí acercarme al conductor y explicarle mi situación.

-  Por favor, necesito llegar o perderé mi vuelo.

- Lo que puedes hacer es pagarme a mi un boleto e irte sentada en el piso.

- Okay, lo que sea.


Le di el dinero, es decir que lo soborné y nos subimos todos al camión. Volteé a ver a mi alrededor y casi me vomito, las personas se habían quitado los zapatos. Estaban descalzos y yo estaba sentada sobre un pedazo de cartón. Había muchísimo ruido y sonaba como un perico. Me giré y a mi derecha, había una señora que tenía gallinas en una jaula. Tenía que aguantarme todo el camino por 5 horas y obviamente, me quedaba 15 por ciento de pila. Es decir, no música ni ver memes. Lo apagué para poder pedir un
uber al aeropuerto cuando llegara. Decidí solucionarlo quedándome dormida. Tú sigue quejándote y la vida te dará más razones para hacerlo. Me hizo darme cuenta de lo agradecida que estaba.


No sé cómo lo logré, pero me desperté porque unos cabrones se estaban burlando de mí y de como mi cabeza estaba rebotando, de como estaba empapada sobre un cartón. Ughhhh, lo entendí porque esa misma hubiera sido mi reacción.


Por fin había llegado al aeropuerto con mis nalgas más planas que una tortilla y con un dolor de cóccix insoportable. Casi pierdo el vuelo. Me volví a dormir. Cuando llegué, obviamente estaba esperando que mi madre estuviera ahí para recogerme, pero no había nadie. Le intenté marcar y nada, seguro estaba dormida porque eran las 5 am, aproximadamente.
Tomé un taxi, que se quedó con mis últimos centavos. Genial.


Cuando llegué a mi casa, ni Kosmo bajó corriendo. Salió mi mamá y se espantó.

-  ¡Ay, amor!- Se llevó las manos a la cara. – Perdóname, me quedé dormida y se me olvidó recogerte.

-  Si, gracias, me di cuenta. Me voy a
subir.

-  Okay, descansa.

-  No, bueno, y ni las mañanitas.

-  ¿Pues que día es hoy?

-  Ay, ya, bye. Es mi cumpleaños.

-  A ver, si vas a estar de malas, mejor si duérmete.


Subí a mi cuarto y les mandé mensajes a mis amigas para invitarlas a cenar a mi casa, partir un pastel y tomar vino. Todas me confirmaron. En la tarde, fui a comer sushi con mis padres, pero yo estaba muy enojada e irrritada. Me sentí muy mal por no saber controlar mis emociones y no poder mostrar más agradecimiento ante ellos. Mis amigas me abrazaron y se murieron de la risa con mis anécdotas.

- Ay, Ale, es que solo a ti. Te lo juro. – Me dijo Ana.

- Ya se, ni me digas. A ver cuál es la siguiente.


De las mejores cosas que me han pasado en esta vida ha sido poder ser amiga de mi  amigas. Las adoro con toda mi alma y siempre han estado conmigo en las buenas y en las malas. Ellas me han demostrado el verdadero significado del apoyo incondicional y de la verdadera hermandad. Me aceptan tal y como soy: loca, hiperactiva e imprudente. Se ríen de casi todos mis chistes y le dan cuerda a mis locuras. Tengo millones de memorias inolvidables junto a ellas y no las cambiaría por nada ni por nadie. Son parte de mi familia.


Hemos pasado los últimos años nuevos juntas y se ha vuelto una hermosa tradición, pues hacemos vision boards, mientra  tomamos vino y cocinamos junto con una buena playlist. Al terminarla, nos las presentamos para ayudarnos a manifestar y cumplir nuestras metas, así como contarnos lo mucho que hemos crecido y llorar todas las lágrimas necesarias por tantos cambios impredecibles. Tenemos una amistad de más de 15 años. Nos hemos visto crecer y nos hemos ayudado a hacerlo. Mi precioso Topless Gang. Gracias, mis niñas, con tonito de fuckboy.


 Llevé mi computadora a arreglar y le tuvieron que cambiar todo, hasta la tarjeta madre. Tardaron alrededor de 3 semanas. Mientras tanto, estuve trabajando en línea, ayudándole a mi mamá con su marca de ropa y bailando en antros de draggas junto con Hugo Sánchez, de Club de Cuervos.


Cuando regresé a Costa Rica, Emma y yo decidimos irnos a Playa Linda a hacer un viaje espiritual. Ahí me di cuenta de que he vivido mil vidas en una misma y que estaba tan agradecida con todas mis experiencias, que pude haber muerto feliz y satisfecha en ese mismo instante. También tuve la epifanía de que tenía que tomar una decisión para volver a cambiar mi vida, pues no estaba feliz con quién era y con mi vida en Hungría. Fue muy fuerte. Sin embargo, los hongos ancestrales siempre tienen la razón.


Soy quién soy gracias a todas las personas con las cuales he podido cruzar caminos. Todas y cada una de ellas me ha enseñado una lección distinta sobre la vida y sobre mi misma. No podría tener la personalidad o el carácter sin ellos. Creo profundamente que todos somos un rompecabezas compuestos por piezas de distintas personas gracias a una conversación, un beso, una carcajada, un tormento emocional, un intercambio de libros, una probada de comida, un sorbo de café… Todo cuenta y todo suma, lo bueno y lo malo. De la misma manera, creo que no hay decisiones buenas o malas, simplemente decisiones que nos llevan a distintos caminos. Y cualquiera que elijamos, está perfecto, siempre y cuando encuentres paz interior. Ya sea despedir a un amor no correspondido, involucrarte en alguna organización,
perseguir ese sueño guajiro, irte a otro país para empezar de cero o volver a creer en el amor.


Antes, los cumpleaños solían abrumarme y darme vueltas existenciales, de como los años pasaban y no había logrado lo suficiente . Así que cada que es mi natalicio, en vez de sobrepensar sobre mi existencia, prefiero agradecer en un pequeño ritual íntimo con mi cuaderno, a todas las personas y experiencias que me han acompañado.


A mi madre, por su cariño, amor y apoyo incondicional. Por ser mi mejor amiga, confidente y compañera de viajes.


A mi padre, por su sentido del humor, lecciones sabias de vida, compañero de conciertos y chistes malos.


A mi hermana, por sus cantos hermosos, por comprenderme y aceptarme tal cual soy, ser mi fan y compañera de vida.


A Tobias, por su paciencia, amor, lealtad y compañía.


A Arantxa, por ser mi hermana del alma, compañera de aventuras y confidente. 


A Ana, por su inteligencia, determinación, amistad inquebrantable y seguirme las pendejadas.


A Josune, por su honestidad brutal, sentido del humor y acompañarme a todos los planes.


A Sofi, por su tranquilidad, amistad genuina y siempre llevarnos de viaje.


A Karen, por su responsabilidad, cariño e impuslarnos cada que tiene la oportunidad.


A Carla, por sus marranadas, magnífico sentido del humor y compartirme de su creatividad.


A Ro, por darme la oportunidad de estar en su equipo de trabajo y creer en mí.


A Malena, por decirnos que callemos a la puta loca de la casa (nuestra mente), que mandemos todo a la verga y que no nos importe un coño. Si, es mi maestra yoguini de mi certificación.


A Monste, por darme una cálida bienvenida, tenerme paciencia, por confiar en mis ideas y habilidades.


A Lalo, por ser mi primer amigo y hacerme reír en el trabajo.


A Mel, por defenderme y aconsejarme, además de acompañarme por cafés antes de que empiece la jornada laboral.


A Danny, por ser mi compañera de proyectos y soportar las quejas de los clientes, acompañadas de risotadas.


A todo Matraka por hacerme parte de su equipo.


A Emma, por mandarme canciones y recordarme de
que nuestra amistad es única. Somos una.


A Kiira, por enseñarme que ser vulnerable y ser tú misma, así ruidosa y extrovertida, que no tiene nada de malo.


A Cherry, por sacarme tantas carcajadas, llevarme a 1tbsp y zapatear hasta el amanecer.


A Kitty, por sus cochinadas y risas, amistad y cariño, además de mi gorrita coqueta de 3liebres.


 A Mike, por ser un gran amigo desde que éramos bebés y sus ocurrencias.


A Caco y Fran, por darme un segundo hogar cuando más lo necesitaba.


A Miko, por brindarme tanta alegría y energía.


A Kosmo, por sacarme a pasear al parque y
tantos lenguetazos.


A mi Abi, por cocinarme y dejarme pasar tiempo con ella en su paraíso.


A mi abuelita Garé, por impulsarme en mis proyectos.


A Sandy, por hacerme reír aunque estemos a países de distancia y creer en mi trabajo.


A Saint, por nuestra amistad galáctica y eterna.


A Fa, por ser mi madrina, mentora de vida y compañera de cata de restaurantes deliciosos, en especial, el ramen.


A Mara, por ser mi segunda madrina, mentora de arte y compañerita de risas. 


Y como tengo escrita en la taza de café que me tomo diario: “no olvides besar a la vida.”

Para
cerrar, les quiero compartir uno de mis poemas favoritos de Robert Frost llamado El camino no tomado . Gracias, Jennifer, por compartirnos
este pedazo de arte.


Dos caminos se bifurcaban en un bosque otoñal,

y apenado por no poder los dos transitar

y ser un único viajero, largo tiempo me detuve

y contemplé uno hasta donde la vista alcanzaba

allí donde se curvaba en la maleza.


Tomé entonces el otro, por ser igual de bello,

y quizá más apetecible,

pues lo cubría la hierba y apenas usado estaba;

aunque el trasiego allí

en realidad los había gastado más o menos lo mismo.


Y aquella mañana a los dos por igual cubrían

hojas que ningún pie había hollado.

Oh, ¡reservé el primero para otro día!

Si bien, sabedor de que un camino lleva a otro,

dudé de que fuera a regresar.


Con un suspiro esto contaré

en algún lugar, dentro de una eternidad:

dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo…

yo tomé el menos transitado,

y eso lo ha cambiado todo.


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