El mejor Rockstar Ever
September 26, 2023Desde que puedo recordar, ha habido música en cada esquina de mi vida. Viene en colores, formas y memorias. Si estábamos en el coche: rock. Si estábamos desayunando: rock. Si teníamos una reunión familiar: rock. Las imágenes son vintage, desaturadas y con grano, pues alude a los 70’s, la mejor época para el rock y las vibras bohemias. Esa época en donde el arte era revolucionario, la guerra fue ganada por el amor y el cuerpo femenino estaba teniendo su propia rebelión, y la música levitaba y unía a todas las almas.
Una luz roja recae en el lado derecho de un músico, el guitarrista, probablemente el más extraordinario en
haber pisado la tierra. Una luz rosada cubre el lado izquierdo, mientras que la otra mano sobre la guitarra está pintada de azul por la luz, y la otra se está moviendo de arriba abajo en las cuerdas. La imagen esta subexpuesta porque es en un bar de noche. El lugar se llama “Hobos”, un espacio místico para mi papá que le da la bienvenida a las almas antiguas. Tiene su propia banda llamada Vudu. Todos los meses son invitados para dar un debut musical, y a veces, los invitan a eventos sólo para escucharlos tocar. Todo mundo lo describe como un dios de la música. Supongo que lo más impresionante es que jamás tomó clases ni aprendió a leer las notas, todo lo que sabe es debido a que escucha la misma canción una y otra vez. Así de intenso es como ama la música.
Nunca se cansa de ellas e insiste en que eso es lo que hace a la buena música: la que jamás puedes odiar. Las luces son fluorescentes y rojas, mientras que está tocando su solo en Comfortably Numb
por Pink Floyd. Se transporta a otra dimensión. La música está entrando por sus venas hasta llegar a su alma. Está usando su escape del mundo para compartirlo con la audiencia. Me enseñó que los artistas son nuestra salvación porque nos comparten su dolor, amor, sentimientos y soluciones para soportar nuestra propia
existencia. Me enseñó que la música es la única cosa que puedes hacer en cualquier situación en la que te encuentres, con quien sea que estés, en donde quiera que estés. La música une cuerpos y almas; nos muestra una manera más vívida de vivir. Esa siempre ha sido la primera imagen que se me viene a la mente cuando pienso en mi papá. Alguien que lo da todo por la vida y la música.
Los viniles son pasaportes para viajar a otras épocas. Son la apertura de las puertas al mundo de la creatividad y de la imaginación. Los primeros viniles que me compré fueron Wish You Were Here de Pink Floyd, Led Zeppelin de Led Zeppelin y Mirage de Fleetwood Mac. El primero es mi favorito porque es el que mayor valor sentimental tiene para mí. Esa fue la primera canción que me enseñó de ese álbum y así es como se
convirtió en una de mis bandas favoritas. Lo compré en en un mercado de pulgas en Brooklyn cuando tenía 14 años y ni siquiera tenía una turnamesa. Algo estaba demandando mi atención y cuando volteé mi mirada, lo vi reposando sobre una caja. Mi alma lo agarró y me enamoré de inmediato. Hay algo sobre poner la aguja sobre el vinil y escuchar al “pmmm”, mientras que el volumen va incrementando. Escuchar viniles es un recordatorio de lo bueno que puede ser un álbum entero y lo increíble que puede llegar a ser una banda. Cuando escucho los viniles, me siento análoga. Me siento real. Cierro mis ojos y absorbo la música en todo mi cuerpo; no hay espacio para pensamientos negativos. Ahí es cuando sé que estoy inspirada. Siempre que pongo la plumilla sobre el vinil, me doy cuenta de que la música es mi salvación y que no podría vivir sin ella. Ahí es cuando sé que soy la hija de mi padre.
La gente estaba gritando y con las palmas en el aire. Las luces son pequeñas y difuminadas por todos los encendedores prendidos por la audiencia para admirar a los dioses del rock y celebrar un cumpleaños. Ese fue el primer concierto de rock al cual fui: Pearl Jam. Jamás había estado entre tanta gente que se empujaba, hacía slam, que bailaran como si no hubiera un mañana, fumaran marihuana, o que lanzaran sus cervezas al aire. En ese momento, pensé que la música era increíble por unir a tantas personas. Canté y bailé con ellos junto con mi papá. Lanzamos cervezas que nos habían lanzado y todo mundo se reía por estar empapados. Las luces se apagaron y Eddie Vedder nos pidió que guardáramos silencio por un momento
porque quería agradecerle y darle su admiración a su amigo por cumplir un año más de vida. Todo el Foro Sol estaba cantando las mañanitas a Matt Cameron, el baterista. Los encendedores se habían convertido en una ola gigantesca de fuego, todo de manera simultánea.
La banda, mi papá y yo estábamos derramando lágrimas. ¿Cómo era que la intimidad podía suceder entre miles de personas?¿Cómo era que la música podía unir a extraños que jamás se conocerían? ¿Cómo es que había un lazo tan fuerte entre la audiencia y la banda que hiciera a ambos llorar? Es por eso que amo a los artistas del Rock. Es por eso que amo a mi papá. Verdaderamente le ponen su alma a la música y le enseñan a todo el mundo que lo hacen.
Amo a mi padre por la increíble persona que es. Siempre me ha apoyado en todas mis locuras. Siempre se ríe de mis chistes malos. Siempre me da una segunda oportunidad. Me ha enseñado a amar la música, el arte, la familia y la vida. Ambos estamos obsesionados con nuestras mascotas. Es el hombre más dulce porque abraza todos y cada uno de sus sentimientos y no le da miedo llorar. Siempre da abrazos de oso. Cuando era pequeña, necesitaba escuchar historias para dormir y mi favorita era El Dragón Pelusa, en donde una niña tenía miedo de dormir en la oscuridad. Así que su padre, solía
poner un “besoldado” en la esquina de su cama para poderse sentir protegida del dragón. Adoptamos esa rutina. En las mañanas, abría las cortinas y nos gritaba: “Buongiorno, Principessa!!”
Es mi compañero de conciertos favorito. Me enseño el maravilloso arte de los conciertos en vivo en frente de miles de personas. Me llevó a los Rolling Stones, Coldplay, Roger Waters, Depeche Mode, tributo a Soda Stereo, Café Tacvuba y muchos otros. Era nuestro regalo de cumpleaños compartido. Inclusive, fuimos juntos al Corona Capital con sus amigos y los míos.
Él fue mi primer mentor de fotografía. Tenía 13 años cuando estábamos comiendo y mis papás me dijeron que necesitábamos platicar. Se preocupaban porque no había encontrado mi pasión aún. Sin embargo,
no podía parar de tomar fotografías con el celular.
- Okay, chaparrita, tráeme todas tus revistas.- Sacó una pluma y me dijo que me sentara junto a él.
- En todas las imágenes, vas a ver esto. Imagínate líneas horizontales y verticales que coinciden, y las intersecciones es en donde ponen los elementos más importantes. A esto se le llama la “Regla de Tercios”. Por ejemplo, en esta foto, puedes ver los ojos en la esquina derecha superior.- Me miró. - ¿Ves? Guía tu mirada.
Me dio la pluma y las revistas.
- Ahora, inténtalo tú.
Estaba hipnotizada. ¡Tenía toda la razón! No podía dejar de analizar las imágenes. Mi mamá nos interrumpió.
- Tu papá y yo platicamos y creemos que deberías de empezar a tomar clases de fotografía. ¿Qué opinas?
- Creo que me encantaría. Muchas gracias.
Y asi es como empezó todo. Continuamos analizando películas de culto como Trainspotting, Ciudad de Dios, Bastardos sin Gloria, Asesinos por Naturaleza y Siete. Eso fue un gran parteaguas en mi vida.
Antes de irme a Europa, mi papá no se quitaba los lentes negros de sol. Solía llorar casi todo el tiempo y así es como intentaba esconderlo. Es una persona muy emocional, así que me escribió 52 notas por las 52 semanas que no nos veríamos hasta navidad. Estaban enrolladas en una cajita especial de madera. Es uno de los regalos más especiales que he recibido. Lloraba cada vez que leía nuestras memorias.
Recuerdo todas las veces en las cuales me llevó a su trabajo. Uno de mis favoritos era cuando trabajaba en Mattel. Era la consentida en el piso, especialmente de su amiga, Briz, que llevaba el marketing para Barbie. Solía salir con miles de muñecas y juguetes. Cuando trabajaba en Warner, lo visitábamos en su hermosa oficina en Santa Fe y sus compañeros nos regalaban videojuegos, películas y peluches. Cuando abrió su propia empresa de futones, también ensayaba con su banda y mi hermana cantaba mientras que yo tocaba la batería. Jugábamos a las escondidillas por millones de horas en nuestro propio planeta. Luego, me llevó a su trabajo en Expansión, donde visité los estudios de fotografía y me introdujo a los editores de moda. Ahora trabaja para la compañía de Creative Artist Agency, en donde no puedo esperar para visitarlo, acompañarlo a sus eventos y viajes.
Nos divertimos demasiado todos adoloridos cuando andábamos juntos en patineta. Solíamos hacer noches de películas y nos obsesionamos con mid 90’s, la cual fue espectacular. Me enseñó todos sus trucos y me contaba de sus aventuras en la patineta. Amaba manejar su Harley Davidson en la carretera y a veces nos dejaba acompañarlo en trayectos cortos. Aún recuerdo la adrenalina y lo cool que se veía. Siempre ha dicho que prefiere ser un papá cool chavorruco que un empresario mamón.
Mi actividad favorita eran nuestras dates. Siempre que mi mamá y mi hermana no estaban, me llevaba a lugares maravillosos. Una vez, me llevó a un speakeasy, en donde los artistas hacían tributos. Comimos hamburguesas deliciosas, papas y gin, mientras que una mujers súper talentosa cantaba y bailaba como Janis Joplin. Compartimos memorias y chistes, así como sueños.
A pesar de que tenemos una relación muy especial, tenemos muchas discusiones, en donde los dos nos enojamos bastante y mi mamá tiene que actuar de mediadora. La razón es porque somos muy parecidos. Los dos queremos tener la razón y la última palabra. Esto ha formado mi carácter y un temperamento corto, pero al menos es genial que alguien me entienda. También tenemos la misma obsesión con el orden y sabemos perfectamente cuando algo no está en su lugar, especialmente las botellas de alcohol. Ups.
Hoy es el cumpleaños de este gran rockstar y no podría estar más agradecida de celebrar otro año a su lado. Me ha enseñado tantas lecciones completamente insuperables. Mis momentos con él en el escenario tienen un espacio dorado en mi alma. Es la persona más tierna, dedicada y el padre más cariñoso. Soy demasiado afortunada de tenerlo. Feliz vida, pops. Te adoro, rockstar.