Alessandra De Zaldo

“Si escribieras un post sobre mí sería: hablaba, tomaba y se fue.” – Kiira.

Literalmente, sí. Kiira se convirtió en mi hermana. Se volvió mi compañera de piso por una conocida en común. Hablamos una sóla vez por teléfono y después de entrevistarla, decidí que le rentaría uno de los cuartos en mi departamento. Fue una de las mejores decisones que tomé con mi intuición. La noche antes de que llegara, le hice unos brownies porque quería que se sintiera en casa, pues sabía lo que se sentía llegar a un lugar nuevo por tanto tiempo. La recogí a la mitad de nuestra calle y le ayudé a cargar una de sus maletas y estaba muy pinches pesada. El clima era muy airoso, frío y gris, así que las dos teníamos nuestras chamarras gigantescas para el invierno. Parecíamos pingüinos. Se estaba muriendo de hambre y con antojo de pho, así que la llevé a uno de mis lugares favoritos. Mi primera impresión fue que era extremadamente abierta y hermosa. De verdad pensé: “¿Tengo un crush… con ella? Oh, no, no otra vez con los compañeros de piso. LOL.

            Le había prometido que sería la mejor guía turística en Budapest, así que fuimos en una caminata demasiado larga. Una de las razones fue que estaba muy distraída y disasociándome por la mayor parte del tiempo, así que nos perdí varias veces.

- ¿Cuánto tiempo dijiste que habías vivido aquí? – Me preguntó confundida.

- Um, alrededor de un año y medio.- Le respondí avergonzada.

Fuimos al parlamento y estaba muy impresionada por la belleza de la ciudad, así como por el comienzo de su nueva vida. Fue increíble ver la ciudad con nuevos ojos. Le conté de mis experiencias pasadas y de lo increíble que había sido mi primer semestre, así como el resto de los lugares que teníamos que visitar. Fue el comienzo de una gran amistad. Kiira es una persona muy curiosa, extrovertida y conversadora, lo cual apreciaba profundamente. Sentía que era latina y no finlandesa.

      Sin embargo, como estaba en una guerra conmigo misma, no estaba con ella porque sentía que no tenía nada que ofrecer. Solía rechazar todas las invitaciones de salir y conocer personas nuevas. Me demostró su apoyo y entendimiento, realmente escuchaba. Después de un tiempo, nuestra segunda compañera se unió, su nombre es Ada y también es finlandesa. Éramos un trio gracioso. Un día fuimos a una comedia stand up y estábamos sentadas en la primera fila, así que el wey nos preguntó en el orden de nuestros asientos:

- ¿De dónde son?

- Finlandia, México, Finlandia.

- ¡JA! Ustedes sin como un sándwich chistoso.- Nos señaló y gritó.- ¡SIN EMOCIONES! ¡DEMASIADO EMOCIONAL! ¡SIN EMOCIONES!

Me pareció muy chistoso.

      Verdaderamente admiro mucho a Kiira porque tiene un corazón enorme y es muy altruista. Ella estaba estudiando Logopedia y Educación para personas con Necesidades Especiales. Solía hacer un pastel de chocolate sin mantequilla, muy delicioso. Uff, todavía sueño con él.

      Nos empezamos a dar cuenta de que éramos la misma adolescente puberta mientras crecíamos, lo cual fue muy chistoso a pesar de nuestras diferencias culturales y edades. Platicábamos mucho sobre Nueva York porque ambas habíamos leído Sólo Niños de Patti Smith y prometimos que algún día iríamos juntas. Hice que se comprara un vinyl de música Soul y platicamos sobre nuestro pasado y de libros que habíamos leído.

- A mí me encantaba Bajo la misma estrella.- Me dijo.

- Por dios, a mi también. Yo me traumé con el sexo oral por Buscando a Alaska.

- Jjajaja, estás loca.

- Sí, y también me pinté el pelo de rosa.

- ¡Cállate! ¡Yo también!

- No hay manera. ¿También te ponías toda triste cuando escuchabas Lana Del Rey?

- Wey, obviamente. Y también tenía mi “diario poético, el cual me da mucha roña leer.

- Oh, esos son los mejores.

Cuando mi mamá nos visitó, amaba que Kiira estuviera con nosotras porque yo no tenía mucho de que hablar, así que se llevaron muy bien. Yo solía ser una espectadora todo el tiempo, completamente muda. Si hubiera habido una cámara oculta como en La oficina con los close-ups, hubiera sido de lo más cagado. Fuimos a los baños termales y cenas, así como a la Ópera, en donde hice que nos perdiéramos otra vez. Oopsie. A lo mejor no confién en mi con las ubicaciones.

            En nuestro último mes juntas, tuvimos un tiempo increínle. Nos convertimos en mejores amigas. Fuimos a patinar con música de los 80’s y nos partimos la madre, literalmente. Fuimos a antros gays y bailamos como degeneradas. Solíamos arreglarnos juntas escuchando Afro beats, especialmente It’s Plenty de Burna Boy, mientras que nos maquillábamos tipo Euphoria para ir a las fiestas en los barcos todos los domingos. Cocinábamos todo el tiempo juntas, tomando vino y fumando cigarros en nuestro balcón, teniendo conversaciones profundas y significativas. Íbamos a nuestro bar favorito, Szimpla, los martes y casi toda la semana y platicábamos con extraños. Verdaderamente amábamos bailar.

            Su mamá fue de lo más divina. Las introduje a uno de mis restaurantes favoritos, Mitzi, un lugar bastante hipster de pastas hechas a mano, que aparte, servía un vino rojo delicioso. Tuve una conversación maravillosa con ella, en donde también me convenció de irme. Ambas se sentían como aire fresco y un lugar seguro; era el tipo de comfort que había estado buscando. Se emocionaron mucho cuando les hice unos chilaquiles de desayunar y las invité a un tour privado por México, siempre y cuando yo no diera las indicaciones hacia las direcciones.

          Las mañanas eran las mejores, pues hacíamos yoga o Chloe Ting y nos íbamos directamente hasta el balcón con nuestro café y bowl de yogurt para bañarnos en el sol con nuestros bras. Esto fue alrededor de mayo porque antes de eso, el chingado sol no existía ahí. Siempre teníamos palomitas cuando veíamos Fleabag y hacíamos el súper juntas. Fuimos a ver After Sun a un cine viejito y pequeño, mientras que nos tomamos una cerveza. Nunca podremos eschuchar Under Pressure de Queen de la misma manera.   

         Sin embargo, la canción que siempre tendrá mi recuerdo de ella es Stand By Me de Ben E. King. Teníamos unas emociones extrañas y nos sentíamos raras, así que nos fuimos a caminar a la montaña de Buda. Había un atardecer divino. Teníamos nuestro spot privado con la mejor vista de la ciudad y ella empezó a cantar. Le
dije que esa era una de las películas favoritas de mi papá y que la tenía que ver. Puse la canción en mi teléfono y la cantamos a todo pulmón, abrazándonos y llorando. Fue un momento hermoso y muy emocional. Ese día, hicimos una playlist colaborativa en Spotify y bailamos como mujeres salvajes en nuestra sala, enseñándonos música de nuestros países.

         Me di cuenta de que era una mujer muy resiliente cada vez que platicábamos, pero una tarde en específico, de verdad sentí lo que me estaba diciendo. Fuimos por helado y nos sentamos en frente de la iglesia a lado de nuestra casa.

- Es que siento que nadie aquí me aprecia. Es como si fuera demasiado. Odio lo conserativa que algunas personas pueden ser aquí. – me dijo bastante frustrada.

-Te entiendo completamente. No eres demasiado. Eres perfecta. La gente es rara, no aprecia los detalles y siempre están de mal humor.

Empezó a llorar y yo lloré con ella, nos abrazamos.

- ¿Verdad? Siento que estoy loca. Cuando soy positiva y aprecio los cielos azules, me ven con desprecio.- dijo mientras se limpiaba las lágrimas.

- Girly, no te malviajes. Literalmente no eres tú, son ellos. Está bien si somos las perras locas ruidosas.

            Tuvimos otro día divino en donde fuimos al cementerio. Fue demasiado pacífico y verde por doquier. Nos sentamos en una manta y una catarina posó sobre su mano. Suerte. Le hice un photoshoot y casi lloro porque me sabía lo mucho que la iba a extrañar. Tenía una sonrisa tan bonita y brillante.

        En mi último día, me acompañó a la estación de tren y me ayudó a cargar mis tres maletas gigantescas. Nos estuvimos tropezando como idiotas y sudando como enfermas. Supongo que fue el karma jajaja. Nos abrazamos muy fuerte y apretado, llorando adiós. Bueno, adivina que, no te desharás de mí. Así que, Kiira, si estas leyendo esto, sólo quiero que sepas que te amo de una forma amistosa, obviamente. Aprecio profundamente todo el apoyo que me diste durante mi fase más extráña y tu energía preciosa. Estoy esperando a que ames Año Nuevo en México. Estoy muy agradecida que haber podido vivir contigo durante seis meses y tener una amiga tan linda y confiable como tú. Feliz cumpleaños, girly. 

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