Viviendo con compañeros de piso…
July 23, 2023Al compartir mi departamento con personas diferentes, aprendí a hacer algo que solía odiar: poner límites.
Recuerdo estar muy nerviosa sobre vivir con tres personas desconocidas por primera vez, especialmente porque todos eran alemanes mayores que yo. Tenía miedo de que me fueran a excluir, sobre todo por la barrera de lenguaje y que chismearan en frente de mí en alemán como: “Ja, genau, sie ist ein spinner”. Sin embargo, estoy contenta de poder confirmar que fue completamente lo opuesto. Antes de que yo llegara, hicieron un trato, en donde sólo hablarían en inglés si yo estaba en el mismo cuarto que ellos.
Todos eran parte del programa de intercambios de Erasmus organizado por la unión europea, yo era la única que se quedaba a largo plazo. En el departamento, yo era la más joven. Era una bebé de 20 años. El primer compañero de piso que conocí fue David y él estaba estudiando física con tan sólo 21 años. Después, conocí a una mujer, que tenía 23 y estaba especializándose en ingienería mecánica. El último que conocí fue Tobi, él estaba estudiando información en sistemas y tenía 24 años. Creía que era increíblemente afortunada de tenerlos como compañeros de piso porque eran muy lindos y educados. Todos éramos amigos y pasábamos la mayoría del tiempo juntos.
Durante mi segunda semana, tuve una experiencia muy rara y terrorífica. Ella tenía un novio que le duplicaba la edad
y que decidió quedarse por cinco día con nosotros. Ahora, creo que si eres un maldito adulto con un sueldo estable, deberías de invitar a tu novia a un buen hotel en vez de quedarte en un departamento desordenado de gente joven y apestosa.
Un día, decidí despertarme temprano para ir a la oficina de Inmigración. Me preparé un café y platiqué un rato con David en la cocina y después llegó Tobias. Estábamos discutiendo nuestros planes para la tarde. Agárrense.
En cuanto entré a mi cuarto, me
espanté. Había un wey de 46 años sentado desnudo sobre mi cama. Estaba en shock. No supe como reaccionar en el momento, así que simplemente cerré la puerta y me fui. Tenía mucho miedo de tener un señor raro en mi departamento que pudiera invadir mi privacidad por una noche más.
En la tarde, entré a mi cuarto y me quedé aún más paralizada por el miedo. Todas las puertas de mi clóset estaban
abiertas. Soy una persona muy organizada tipo the home-edit y toda mi ropa estaba acomodada en una hermosa arcoíris, pero parecía como si el huracán Katrina hubiera estado buscando un outfit en mi clóset. Mis calzones y brasieres estaban todos desacomodados al igual que el resto de mi ropa. Él había intentado entrar en mi computadora porque estaba prendida y afuera de mi mochila. Cerré mi puerta con seguro y después le marqué a mi mamá diciéndole que me quería regresar. Me dijo que hablara con ella y que me alejara de él. Unas horas después, estábamos en la cocina cuando ella entró.
- Hola, chicos. ¿Quieren venir al rato con nosotros por drinks?
-Me siento un poco mal, así que creo que voy a pasar. Gracias por la invitación.- No tuve los huevos para decirle sobre el evento previo.
-Oh, no te tienes que quedar aquí sola. Me quedo contigo y podemos cocinaro algo.-Me contestó Tobi.
-Yo si jalo. Vámonos. – dijo David.
Así que ellos se fueron y yo me quedé con Tobias viendo varias películas, lo cual fue mucho mejor y más divertido que tener que convivir con un viejo raro.
Días después de que se fue, ella y yo estábamos cocinando y le conté lo que había pasado:
- Escucha, lo que estoy a punto de decirte puede que sea difícil de escuchar. Tu novio estaba sentado desnudo encima de mi cama y esculcó todas mis cosas. Si decides volverlo a invitar, no es bienvenido aquí porque me pondría muy incómoda.- Sentí que me habían quitado un gran peso de encima. Empezó a llorar de manera incrédula y se disculpó, diciéndome que lo sentía profundamente y que lo entendía.
Ahora que me doy cuenta, mi relación con David era muy tóxica y que debí de haber puesto mis límites desde el día uno. A pesar de que íbamos juntos a museos, cafeterías y salíamos juntos de fiesta, creo que no lo tendría como amigo el día de hoy. Nunca había conocido a nadie en mi vida que quisiera atacarme y lastimarme a propósito así como él. Lo peor es que siempre que estaba a punto de ser terriblemente ofensivo, se protegía detrás de: “¿Qué? Sólo soy muy honesto.” Jamás se disculpaba, su ego era del tamaño del sol.
Una de las primeras veces que sacamos nuestra vulnerabilidad, le pregunté sobre sus sueños.
- Quiero hacer mi maestría en física y después trabajar en el centro de investigación de
la biblioteca en Duisburg. ¿Y tú?
- Uff, hay mil cosas que quiero hacer antes de morir. Mi sueño más grande sería convertirme en fotoperiodista para National Geographic y viajar por el mundo. Pero también, me encantaría tener una galería de arte que fuera una cafetería y en las noches, tener sesiones de DJ y música en vivo. Encontrar a mi alma gemela. Escribir un libro. No seee.
Estuvo en silencio por un rato.
-Mmmm, suena demasiado.
Pasaron unos meses y estábamos tranquilos en nuestro departamento, justo antes de que me atacara, me solía decir:
- Alessa, ¿te puedo decir algo?
- Claro, David. Dime.
- Al principio, cuando te conocí, pensé que eras una niña muy impresionante con muchos sueños. Pero ahora que te conozco, me doy cuenta de que son sólo eso: sueños.
Ugh, estaba tan destruida. Déjame imaginar. Déjame soñar. ¿Qué carajos te importa? Yo no aspiro a tener una vida aburrida. De todas maneras, no es por presumir, pero véme ahora con 10 artículos con mis fotografías publicadas en National Geographic.
Otro día, de la nada.
- Alessa, ¿quieres mi opinión?
Puse mis ojos en blanco.
- No, David. No la quiero.
- Pues, es muy importante. No te considero como una persona atractiva. No entiendo como puedes gustarle a alguien. De verdad no creo que seas bonita.
- Exactamente, tu pérdida. Y para que quede claro, cuando quiera tu opinión, te la pediré. De otra manera, cállate.
Me fui directamente a mi cuarto a llorar. Habían pasado varios años de que había estado trabajando en mis inseguridades y autoestima en terapia como para que llegara un pendejo a destruirme de esa manera. Tenía mucho miedo de salir de mi cuarto y tener que encontrarme con él, pues significaba que me atacaría o que me faltaría el respeto. Creo que era sumamente inseguro y sexista, así que necesitaba sacarlo todo conmigo porque no le dejaba ver el efecto que tenía en mí. Otro día, estaba cocinando, ni
recuerdo qué exactamente. Salió de mi cuarto y me pregunta:
- ¿Es en serio, Alessa? ¿Te vas a comer todo eso? ¿Y que pasó con hot girl summer?
Mis compañeros de piso solían ir juntos al gimnaso, mientras que yo decidía hacer Chloe Ting en mi cuarto. Odio la cultura del gym. Odio comparar mi cuerpo con el de otras personas. No me gusta estar sudorosa en un cuarto todo asqueroso sin aire. Y me encanta quejarme y decir groserías cuando hago ejercicio, así que prefiero hacerlo en mi propia cuenta.
- Alessa, ¿por qué no quieres venir con nosotros? ¿A poco eres tan insegura sobre
tu propio cuerpo? Lo entiendo. – mientras que me veía de arriba abajo.
Ugh, perdóname. No es como que tú eres el más hot como Brad Pitt con su six pack.
Sin embargo, hubo un día en específico en donde realmente cruzó la raya. Todos salimos a tomar y él se puso bastante borracho. Así que, David sin filtros fue absolutamente horrible. Inclusive, lo llamamos “Lunes de David”. Ni siquiera puedo escribir todas las cosas tan asquerosas que salieron de su boca. Me fui a mi casa y le conté a Tobias, totalmente destrozada.
Imagínense vivir con alguien así durante un año entero. Nunca se disculpó. Y por favor, no me malinterpreten, no estoy escribiendo sobre él de una manera vengativa ni mucho menos; sin embargo, las cosas que decía como chistes eran realmente pasivo agresivas y yo lo debí de haber parado desde el principio para que las cosas no escalaran como lo hicieron.
Mi punto con esto es enfatizar en el hecho de que nunca deberías de dejar que alguien con energía tan negativa te destruya. Me di cuenta de que él era una persona muy insegura y de que todo el tiempo, se estaba proyectando. Si yo iba a terapia, a lo mejor el también debería. Todos deberían de ir a terapia porque es un proceso tan curativo y de mucho crecimiento maravilloso. Además, es muy imortante tener en cuenta de que venimos
de diferentes contextos, maneras de vivir y pensar, diversas culturas y experiencias de vida. Ahora ya no me tomo las cosas de manera personal. Lo veo como una manera de cercer y mejorar, de ser fuerte y de establecer límites con una política de cero groserías irrespetuosas.
Mi historia con Tobias es otra historia completamente distinta.